Parque Nacional de Cabañeros, 21/02/2011
La sabana manchega reluce salpicada de árboles dispersos. En esta inmensa llanura de 8000 Ha, conocida como La Raña, corretean y reposan gran cantidad de ungulados silvestres : jabalíes y ciervos sobre todo. Recorrida a todo terreno, uno olvida por un momento encontrarse a menos de 200 km en línea recta de la Puerta del Sol de Madrid e imagina esas sabanas africanas tan vistas en algunos documentales en la televisión.
Nos situamos en la provincia de Ciudad Real, en el Parque Nacional de Cabañeros. Su nombre se debe a las cabañas hechas de junco churrero y jara que los pastores han construido tradicionalmente como refugio.
Cabañeros posee dos estructuras diferenciadas : por un lado la Raña (ocupa un 20% del Parque Nacional), una inmensa llanura en la que se acumulan cascajos cuarcíticos transportados desde los montes que la rodean. Los materiales de la raña tienen una edad joven geológicamente hablando (más o menos unos 2 millones de años). Alrededor de la raña aparecen montes de cuarcita. Estos montes son viejos, muy desgastados ya por la erosión. Datan de finales del carbonífero (300 millones de años aprox.).
En los montes encontramos masas de monte mediterráneo bien conservadas. Lo que predomina mayoritariamente son etapas de evolución previas al bosque maduro, dominadas por los brezales y los jarales . En otros rodales, el bosque está más evolucionado : encinas, quejigos y melojos dominan el escenario arbóreo.
Las etapas previas al encinar mediterráneo están protagonizadas por los brezos y las jaras. Conforme evoluciona la vegetación comienzan a aparecer los madroños, como se ve en la imagen iluminado por el sol. Poco a poco irán creciendo las encinas y los quejigos, evolucionando el ecosistema hacia el bosque maduro. Al fondo se aprecian las laderas cubiertas de encinar.
Los brezos cobran gran importancia en el ecosistema. Una variada gama de brezos, siete especies en total, salpican los diferentes hábitats del Parque. Mostramos a continuación dos, el Brezo de turbera (Erica tetralix), en zonas encharcadas cenagosas y la Erica umbellata, que encontramos en los jarales de monte mediterráneo :
Brezo de las turberas (Erica tetralix)
Erica umbellata (en floración)
El jaral-brezal de Cabañeros es un rico matorral mediterráneo. A pesar de la homogeneidad aparente del brezo y la jara, cuando uno se acerca descubre numerosas especies de matas leñosas y arbustos. Dos que nos llaman la atención son la Alcayuela (Halimium ocymoides) y una leguminosa con unas hojas rizadas características, la Pterospartum tridentatum subsp. lasianthum, conocida antes como Genista tridentata. La segregación del género Genista (Aulagas y otras matas y arbustos de flores amarillas cuyo fruto es una vaina como una judía) se debe a que el número cromosómico básico de esta especie es diferente al de cualquier Genista :
Alcayuela (Halimium ocymoides). Puede confundirse a primera vista con una Mejorana, pero un vistazo a sus frutos y que sus hojas no huelen nos saca de dudas.
Pterospartum tridentatum subsp. lasianthum (antes Genista tridentata). Hojas rizadas características.
La población de ungulados en Cabañeros es considerable. Pudimos ver durante el recorrido grandes grupos de ciervos. Los animales herbívoros dejan señales de su presencia en la vegetación, con el ramoneo :
Estas dos imágenes muestran respectivamente un Labiérnago y un Mirto recomido. Este último arbusto, cuyas hojas despiden un agradable olor al partirlas, parece ser un manjar para los ungulados.
Casi todos los Mirtos que vimos estaban bien acosados por los hervíboros. Muy pocos eran los que mostraban un aspecto lustroso debido al fuerte ramoneo. Parece que a los cérvidos les gusta esta planta.
Debido a la ausencia o escasez de depredadores como el lobo, el lince o las grandes águilas, el Parque Nacional realiza controles eventuales de la población de grandes herbívoros, cuya población, si es muy alta, supone una presión fuerte para la flora del entorno.
El resto de la actividad cinegética del Parque ocurre en las fincas privadas , un 45 % de la superficie de Cabañeros, en forma generalmente de monterías.
Otras señales las hacen los jabalíes, al producir marcas de tono anaranjado en la base de los troncos de los árboles (señaladas con flechas negras) :
Nos despedimos con un hasta luego de un enclave donde la naturaleza salvaje hace y se le deja hacer. Quizá una de las cosas que más sorprenda de Cabañeros sea la posibilidad de contemplar un monte mediterráneo evolucionado sobre llanura, aspecto que se da en parte de la Raña. Esto es imposible en otros sitios debido a la roturación de los bosques por tierras de cultivo. Cabañeros supone una pequeña muestra de lo que debió ser la llanura manchega antes de que el ser humano la transformara completamente.
Buenas Eritaco. Estupenda salida por Cabañeros y estupendamente documentada. Sólo una apreciación: Es difícil encontrar gamos en el Parque ya que es una especie introducida y cada vez que se han adquirido nuevas tierras se intenta eliminar lo foráneo...
ResponderEliminarSaludos.
Gracias Anzaga, eso está cerca de tu tierra ¿no?. Lo que vimos fueron ciervos y algún jabalí. Estos sin duda son los más abundantes.
ResponderEliminarSeguramente vuelva en primavera. Me gustaría ver la raña florida, debe ser espectacular. ¿sabes cual es la mejor época?
Tienes que venir desde mediados de abril a primeros de mayo, coincidiendo con la floración de las jaras, brezos, el espliego y tantas otras...
ResponderEliminarsaludos.