domingo, 31 de diciembre de 2017

Deseo de lluvia

Sierra de Guadarrama (Comunidad de Madrid), 28 de Diciembre de 2017


Las lluvias de este mes de Diciembre han vuelto a reavivar algunos arroyos que a finales de Octubre estaban secos. Tres días seguidos de lluvia en los valles serranos con orientación Norte y Noroeste en la última semana de este mes de Diciembre, unido a la carga que dejaron las nortadas y la borrasca Ana a principios de mes,  han empapado el suelo, que ahora chapotea al pisarlo. Una gran noticia.





Pese a la dimensión trágica que los medios de difusión masiva: principales televisiones, radios y periódicos, se empeñan en dar cuando hablan de la llegada de temporales de lluvia y nieve, lo cierto es que estos temporales han resucitado al campo (al menos donde han hecho acto de presencia) de un estado muy preocupante causado por la sequía severísima que venimos arrastrando. 

Esperemos que siga lloviendo y nevando, porque este bosque de robles que paseamos hoy desde luego que lo necesita, y mucho.



Robledal de roble melojo. Entorno de Miraflores de la Sierra.

La montaña de una Sierra de Guadarrama sedienta se ha cargado estos días un poquito de agua. Donde antes había un surco seco y polvoriento, ahora hay un arroyo que al menos ya fluye. 

A parte de este efecto tan beneficioso del agua, la situación meteorológica de estos días nos ha dejado estampas un tanto oníricas mientras caminamos por los valles serranos. Debido a la dominancia de vientos de Noroeste y a la orientación de la Cordillera Central, los frentes nubosos quedan estancados en las caras Norte y Noroeste de la Cordillera. Los valles sirven de incursión de parte de estas nubes y algunas incluso raspan las cumbres para acceder y dejar un poquito de lluvia en las caras orientadas al Sur. Tal situación es muy apreciable en Miraflores de la Sierra, el Valle de la Morcuera y el de Rascafría. Los dos últimos reciben lluvias persistentes y cielos cubiertos o parcialmente cubiertos, mientras que en Miraflores predomina el cielo poco nuboso donde durante bastante tiempo luce el sol (en el Sureste) a la vez que llueve (nubarrones al Noroeste y Norte). Esto hace que caminar por el entorno de Miraflores de la Sierra nos asegure un magnífico arco iris durante toda la jornada.


  Embalse de Miraflores



Esperemos que 2018 sea meteorológicamente mejor que 2017, para mí el peor año desde que tengo conciencia en este sentido hasta ahora.  La sequía aun castiga duramente casi toda España, y las lluvias que han aparecido últimamente  con más ganas en el Noroeste y parte del Sistema Central, han estado ausentes en el Sureste madrileño así como en el Levante y buena parte de Andalucía y Castilla La Mancha. La sequía en estos lugares se sigue agravando. El suelo está aun muy seco en casi todas partes: 

Fuente: Aemet. El mapa da una indicación de la humedad que hay en el suelo. En gran parte de España los colores indican valores por debajo del 50 %. Solo Galicia, el cantábrico y unos pocos puntos dispersos de la geografía española presentan valores húmedos.


A pesar de todo esto, sigo viendo como este asunto interesa poco en general. No se le dan grandes titulares, ni se pone sobre la mesa a nivel de grandes medios la necesidad de tomarse muy en serio el problema del cambio climático, el agua y de crear una conciencia y acciones contundentes sobre su gestión. Hay que crear una cultura de valor al agua, de ahorro, de cuidar y conocer este recurso valioso y escaso. De educar desde la escuela y desde los medios. Y hay que presionar a los políticos para pongan en marcha planes de gestión eficientes orientados a disminuir la demanda.  Y no a aumentar la oferta. Una forma en la que el ciudadano puede actuar es votando a quien tome en serio y hable de este problema.

Hay que hablar de cambio climático, y explicarle a la gente qué es y qué nos va a traer. Ya estamos en marcha, y según las publicaciones científicas se avecinan tiempos duros para la Península Ibérica, que van a plantear un gran reto de gestión del agua. Creo que 2017, aunque no me haya gustado, quizá sea el año que nos ha lanzado la advertencia más seria (por mencionar algo positivo), sobre todo cuando en Mayo ya teníamos casi 40 grados en muchas zonas de la mitad Sur, y en Octubre estábamos con aire sahariano y a 30 grados durante casi todo el mes. También nos dio un aviso serio de lo que puede ser una lluvia torrencial extrema: la DANA del 7 de Julio.  

Esperemos que 2018 nos traiga agua, nieve, y una buena dosis de conciencia y ganas de actuar respecto al cambio climático.





lunes, 30 de octubre de 2017

Un barreño con muchos litros.

La naturaleza hace mucho por tí, ¿qué haces tú por ella?.

La naturaleza nos provee de agua dulce. Los seres humanos hemos aprendido a almacenarla, depurarla y distribuirla. Sin embargo, seguimos dependiendo de que caiga del cielo como consecuencia de que las borrascas (cada vez más infrecuentes) visiten la Península Ibérica y rieguen nuestros campos y bosques.

El agua dulce es un recurso muy valioso. Y para Iberia, donde las sequías como la que actualmente nos castiga, son y serán (más aun en el futuro) más frecuentes y duraderas, debemos tomar conciencia de que el agua dulce: ha sido, es y será un tesoro escaso.

Aprender a gestionarla de una manera sostenible y educada (no malgastarla) es un gran reto y debería ser un acto cotidiano por parte de TOD@S.  Os propongo un simple gesto que podrá ahorrar muchos litros:

desde hace más o menos cinco años, y gracias al programa Biodiario, con Luis Miguel Domínguez, un modesto barreño se ha convertido en una de mis mejores armas para ahorrar agua. Desde luego, que es un truco muy viejo y no se ha descubierto la pólvora con él, pero insistir en este gesto creo que no está de más, y menos en los tiempos que corren:

 Todos los días, cuando me voy a duchar, antes de salir al trabajo, lleno un barreño de agua mientras espero a que el agua sale caliente. En total, cargo dicho barreño con unos cuatro litros de agua (el tiempo que tarda en mi casa en llegar el agua caliente), que luego utilizo en lugar de tirar de la cadena del wc o para lavar los vasos y cubiertos.





Cuatro litros podrá parecer bien poco, pero hagamos una sencilla cuenta para ver cómo pequeños gestos hechos por mucha gente pueden hacer grandes cosas. Si multiplicamos 4 litros por 365 días hacen un total de 1460 litros de agua que cada hogar puede ahorrar al año.  Ahora multipliquemos este número por 2.500.000 hogares en toda la Comunidad de Madrid (fuente: Anuario Estadístico de la Comunidad de Madrid). En total tenemos que, como poco,  si todos los hogares de la Comunidad de Madrid realizaran este pequeño gesto se ahorrarían: 

¡ 3650 millones de litros de agua !, 

algo más de medio embalse de La Jarosa. 



Embalse de La Jarosa, situado en el municipio de Guadarrama (Madrid). Foto tomada de internet.


Así que, sean o no tiempos de severa sequía, siempre habrá hueco para un barreño junto a la bañera.