jueves, 30 de diciembre de 2010

Kársticos

El agua y la caliza forman una combinación poderosa. El líquido elemento es capaz de tallar infinidad de formas en la roca blanca provocando paisajes sobrecogedores, admirables y crear enclaves que tienen una energía especial, capaz de ser sentida por algunas personas.


Viajamos a dos paisajes representativos de lo que el agua puede hacer en la roca caliza. Paisajes en los que existe un río que se ha hundido en la roca y ha creado enormes cortados, llamados comúnmente hoces o foces. Son bien conocidas en la geografía ibérica las foces navarras, y las hoces de los ríos Duratón y Riaza, ambas en la provincia de Segovia. En otros lugares se les llama cañón, como el Cañón del Río Lobos en la provincia de Soria o el Cañón del Ebro, en el Norte de Burgos. En todos aparece un denominador común : suelo calizo y acción erosiva del agua. Nos vamos a Navarra, a la Foz de Lumbier y al Cañón del Río Lobos en Soria.


El agua es un formidable disolvente y la roca caliza se deja. Ésta es roca sedimentaria, su origen son las conchas y esqueletos de millones y millones de animales marinos que al ir muriendo se fueron depositando en el fondo de lagos o mares. Al irse acumulando sucesivas capas, las de más abajo debido al peso de las de arriba se fueron compactando y se fue formando la roca, cuya fórmula química es CaCO3. Es un mineral formado por Calcio, Carbono y Oxígeno. Cuando el agua junto al dióxido de carbono incide sobre ella la disuelve poco a poco y la va erosionando. El resultado al cabo de muchos años de esta acción constante son galerías, simas, cavernas, cañones y  hoces. Eso significa que estos lugares, ahora al aire libre,  estuvieron algún día inundados por el mar o por grandes lagos durante mucho tiempo.



Foz de Lumbier (Navarra), 17/10/2010 



Cortados calizos del Cañón del Río Lobos (Soria), 28/10/2010

La labor escultora del agua acontece también por encima del cañón. Caminando entre un Enebral de Juniperus thurifera uno se va topando con agujeros muy profundos en la roca. Se trata de las simas. El agua va haciendo un agujero cada vez más profundo y forma extensas galerías casi verticales :

  En la parte derecha del cartel (pinchar en la imagen) aparece un mapa con la forma y profundidad de la sima (más de 100 metros)


Entrada a la Sima de Las Taínas

En estas cuevas aprovechan varias especies de murciélagos para hibernar y refugiarse :

Gruta caliza en el Cañón del Río Lobos (Soria). Esta es una de las pocas en las que se permite el paso

A veces, el agua agujerea la roca pero en lugar de formar cavernas verticales, lo que encontramos debajo son  salas amplias abovedadas. Conforme la roca se erosiona, la estructura no aguanta y se rompe. Las dos fotos siguientes muestran el proceso. La primera desde dentro de una de estas salas, dentro de una caverna. La segunda, ya fuera, en la que el techo se ha desplomado y afloran al aire libre cortados con bovedas truncadas :


Puede verse en la parte de arriba de la hoz la forma abovedada del techo

Los buitres leonados (Gyps fulvus) se convierten en los reyes de las hoces. Desde las cornisas divisan atentamente el paso de cualquiera que se aventure a penetrar en sus dominios :



Atentos, testigos privilegiados del Cañón, estas grandes aves carroñeras planean a sus anchas entre las enormes moles rocosas. El batir de sus alas puede escucharse al cortar éstas el aire si nos mantenemos en silencio. En el mes de Diciembre ya se encuentran atareados preparando el nido en el que incubarán y alimentarán al único polluelo que nacerá seguramente en el mes de Febrero. Existen cientos de parejas de estas aves en el Cañón del Río Lobos. Son alimentados en muladares donde se les proporcionan reses muertas : 


Los complejos kársticos son paisajes de enorme belleza que trascienden lo puramente científico y nos invitan a experimentar sensaciones de comunión y de encuentro con la naturaleza. Dentro de ellos, el Cañón del Río Lobos en Ucero (Soria) produce en mí una fascinación especial. La energía que emana este lugar se percibe y se siente. Una gran puerta al enriquecimiento del espíritu.

 De ello ya se dieron cuenta los caballeros Templarios en la Edad Media cuando lo eligieron para ubicar uno de sus templos. La Orden del Temple elegía minuciosamente los lugares en los que ubicar sus ermitas. La de San Bartolomé, de estilo románico tardío se mantiene aquí desde hace ya 800 años, en un lugar donde el tiempo parece detenerse. Esta ermita se encuentra repleta de simbología y misticismo : 


Terminemos aquí este viaje por los paisajes kársticos, sentándonos a contemplar este paraje de humilde y sobresaliente belleza. Uno de los rostros en los que se manifiesta lo auténtico.

Por último, agradecer a Jaime su gran labor en el Parque Natural del Cañón del Río Lobos y el habernos enseñado algunos rincones ocultos y muy interesantes del mismo. Hasta la próxima.

lunes, 1 de noviembre de 2010

La arena se mueve

Mazagón (Huelva), 23/04/2010


Nos quitamos las botas dispuestos a caminar descalzos por la arena. Una arena que nos lleva hacia la inmensidad del oceano atlántico. Aquí, afortunadamente, la costa ha permanecido a salvo del ladrillo. Una de las mayores insensateces cometidas en nuestro país, y que ha supuesto la destrucción de una buena parte de nuestro litoral costero, cuyos valores naturales y culturales son importantísimos.


Poder caminar por una playa salvaje es un auténtico lujo hoy día y la llegada al mar se convierte en una experiencia muy gratificante, sobre todo si termina en un buen baño.






Nos encontramos en Mazagón, Huelva, junto a Doñana. Aquí el paisaje está moldeado por las dunas. Grandes masas de arena en constante movimiento y cambio. Esta situación particular condiciona la vegetación silvestre que aquí aparece. Sobre todo por tres motivos : salinidad, sequía edáfica y sustrato inestable.


La salinidad la provoca el viento que procede del mar cargado del vapor salino del agua del mar. Este vapor salino se infiltra en las plantas a través de sus hojas y resulta tóxico para la mayoría de las especies. Las sales no son toleradas por la mayoría de las plantas. Tan sólo por unas pocas especialistas, llamadas plantas halófilas.


La sequía edáfica se debe a que el agua del suelo es difícilmente asimilable por las plantas. Al ser una gran masa de arena, el agua permanece muy poco tiempo en el suelo ya que se infiltra con rapidez.


El sustrato inestable obedece a la propia inestabilidad de las dunas, sobre todo cerca de las crestas. Las dunas están en constante movimiento debido a la erosión eólica, que va levantando los granos de arena de un sitio y los deposita en otro. Así la duna va creándose en unos lugares y desapareciendo en otros. En estas condiciones la planta no dispone de mucho tiempo ya que puede ser sepultada por la arena o bien quedar sus raíces al aire y caer al suelo. La vegetación también puede retener el avance dunar y estabilizar y ralentizar su movimiento, ya que las raíces sujetan un poco este deleznable sustrato. De hecho, en esta zona y en otras parecidas se han realizado repoblaciones de pino piñonero con este fin. La  propia evolución natural de la vegetación y las comunidades de matorral también contribuyen a estabilizar las dunas.


Con estas condiciones, en este ecosistema nos vamos a encontrar con una flora muy particular y especializada.  Los árboles que conviven aquí son el Pino piñonero (Pinus pinea, el pino mejor adaptado a suelos arenosos) , junto al Enebro marino (Juniperus oxycedrus subsp. macrocarpa) y la Sabina negral (Juniperus phoenicea subsp. turbinata). Estos dos últimos son verdaderos señores de este tipo de hábitats. El pino muestra mayor querencia hacia las zonas más estables y llanas del arenal.




Sabina negral (Juniperus phoenicea subsp. turbinata)

El matorral acompañante está protagonizado por otras especies no menos interesantes : la Camarina, con sus llamativos frutos blancos y sus hojas finas y recias; el Jaguarzo blanco, con sus inconfundibles flores amarillas maculadas; y la jara semejante al romero Cistus libanotis .



Camarina (Corema album), una especie interesante que habita en los arenales ibéricos del litoral atlántico



Halimium halimifolium, jara característica de los arenales costeros onubenses.Se caracteriza por sus hojas glaucas y la flor amarilla con máculas en los pétalos.


Romerina (Cistus libanotis)


En el estrato más herbáceo y sufruticoso (plantas herbáceas con base leñosa) reparamos en dos especies. Una jarita pequeña : Tuberaria guttata , y una centaurea hermosísima en flor : Centaurea sonchifolia. Ambas también son típicas de suelos arenosos costeros.




Tuberaria guttata


Centaurea sonchifolia

Con este elenco de especies tenemos ya una pequeñita lista de la flora representativa de los arenales costeros del Sur peninsular.

domingo, 24 de octubre de 2010

La Selva de Irati

Valle del río Irati (Navarra), 16 de Octubre de 2010


Junto a los Pirineos, en Navarra, se levanta uno de los más vastos hayedos de la Península Ibérica. Se trata de la Selva de Irati. La enorme masa da hayas está salpicada por todas partes por los tonos más oscuros de los abetos. Es el bosque caducifolio, en el momento óptimo para apreciar su belleza : la caída de la hoja. 


El frío y la humedad ya se notan en el ambiente y en un suelo tapizado de un manto de hojas y que nunca pierde su humedad ni la actividad microbiana y fúngica :







El manto de hojas que cae de los árboles se descompone lentamente debido a la actividad de los microorganismos formando el humus, una sustancia oscura que nos deja las manos manchadas. El humus va aportando los minerales que necesitan las plantas para crecer, renovando el ciclo. No debemos olvidar que este ciclo es posible año tras año gracias a la energía que nos llega del sol.


Esta fiesta microbiana nos pasa desapercibida debido a su minúsculo tamaño. En este tipo de bosques, con suelo húmico, capaz de retener durante mucho tiempo la humedad y además repleto de materia orgánica vegetal, se dan las condiciones idóneas para la aparición de muchos tipos de hongos. Entre ellos, los más populares son las setas, que son una pequeña parte del hongo. Es el órgano productor de esporas sexuales. El hongo que produce la seta está bajo el suelo y es una gran red de hifas (algo así como hilillos de células) entrelazadas que se extienden bastante más allá de la seta :






 Si hay una época buena para deleitarse con un hayedo, ésta es el otoño. A fecha de 16 de Octubre, la otoñada llega a Irati y las hayas y otros caducifolios comienzan a amarillear las hojas y a soltarlas. Este mosaico de colores es impresionante y junto a la bruma y la humedad la escena se torna bastante mágica :






Las hayas se reconocen bien por su tronco pálido. En el bosque caducifolio la lucha por la luz condiciona las adaptaciones y los ciclos de las especies vegetales que aquí viven. El haya tiende a dominar el bosque, crece y tapiza el techo con su follaje. Esto provoca que al suelo llega muy poca luz, presentando este bosque un estrato herbáceo pobre en especies. Los árboles que aquí viven tienden a mostrar el ramaje formando planos horizontales, para optimizar la captación de luz :



Vemos la disposición de las ramillas de este haya joven, formando un plano

En este hayedo, a parte del árbol que da su nombre, aparecen muchos abetos (Abies alba) , arces, tejos, serbales, majuelos y otras rosáceas de hoja caduca :


Abeto (Abies alba)



Arce (Acer opalus subsp. opalus). Las manchas negras de la hoja con borde amarillo se deben al ataque del hongo Rhytisma acerinum.


Retoño de Arce común (Acer campestre)



Serbal de los cazadores (Sorbus acuparia), aun muy jovencito.

El haya es un árbol que necesita sombra en los primeros años de vida para poder prosperar. Este temperamento provoca que en el bosque puedan convivir ejemplares viejos con ejemplares jóvenes, formando lo que en selvicultura se denomina : masa iregular. Sin embargo, los jóvenes no llegarán a adultos si los más altos siguen sin dejarles llegar la luz y morirán por el camino. Sólo cuando los árboles adultos y altos mueren y dejan el espacio libre, los ejemplares jóvenes les toman el relevo. Es así como se produce la lenta renovación del hayedo. En algunas zonas pudimos observar una fuerte regeneración del bosque :


En los espacios más abiertos otras plantas aprovechan para crecer. Entre las plantas leñosas del sotobosque, destaca la adelfilla (Daphne laureola), planta típica de los hayedos :


En algunas zonas, sobre todo donde el ganado pasa más tiempo, el suelo se nitrifica debido a los excrementos de los animales y aparecen praderas cubiertas por el Azafrán bravo (Crocus nudiflorus), una planta de floración otoñal :




domingo, 3 de octubre de 2010

Un paseo por la dehesa

Colmenar del Arroyo, 26 de Septiembre de 2010




Sol, claridad y algo de fresco. Momento ideal para acudir una tarde de Domingo a dar un paseo por una dehesa. Una de las mejores dehesas de encinas que he visto hasta ahora en la Comunidad de Madrid es la Dehesa Boyal de Navalmoral, situada en el municipio de Colmenar del Arroyo, en el Suroeste de la región. Esta extensa dehesa está conformada por unas cuantas fincas,unas privadas y algunas pertenecientes a la Comunidad de Madrid. Por ellas discurre un sendero marcado circular con algunos paneles explicativos a lo largo del recorrido.


La dehesa es un monte transformado por el ser humano con el fin de conseguir un aprovechamiento ganadero. Esta transformación consiste en una clara del monte original, es decir, eliminar parte del arbolado y de los arbustos para crear espacios abiertos que favorecen el crecimiento de plantas palatables para el ganado : principalmente gramíneas y leguminosas herbáceas (lo que llamamos comúnmente la hierba). Con ello se alimenta a las vacas,cabras,ovejas, etc, de las que se aprovechan ciertos productos : carne, leche y derivados, lana, piel, etc. A pesar de la alteración del bosque original, la dehesa ha demostrado ser un buen ejemplo de relación sostenible del ser humano con la naturaleza. Este uso moderado ha favorecido a muchas especies emblemáticas del monte mediterráneo, como el conejo de monte, y con él al lince y al águila imperial , por ejemplo. Además, las personas sacan provecho económico. Los abrevaderos para el ganado (como el que se ve en la primera foto) también dan de beber a muchas aves.


El atardecer a principios de otoño en un encinar adehesado es una experiencia hermosa ya que el paisaje se carga de tonos amarillentos procedentes de los herbazales agostados en contraste con el verde intenso del follaje del encinar, unido al rojo crepuscular.










En esta zona es habitual encontrarse con ganado bovino y caprino pastando. En esta época, las vacas recurren a las coriáceas encinas para satisfacer el apetito, ya que en el suelo queda poca cosa. 



Como diría Nuevo Mester de Juglaría : "Bajó el cabrín cabrate a comer la hierba hierba frescate"

A cuatro días del comienzo del mes de Octubre, la mayoría de las plantas han completado su ciclo vegetativo y están agostadas. Entre ellas, destacan elegantes los involucros de un cardo muy frecuente en los pastos nitrificados, la Centaurea ornata.


Pero hay algunas especies vegetales cuya floración comienza ahora. Una de las más famosas es la Merendera montana, conocida popularmente como la Quitameriendas. Los prados en algunas zonas se cubren de esta planta bulbosa, que tiene la particularidad de florecer antes de echar las hojas.



Hay que tener cuidado de no confundir esta planta con una muy parecida que es venenosa, se trata del Cólquico (Colchicum autumnale). La diferencia con la Quitameriendas es que la flor del Cólquico tiene un tallito que la levanta varios centímetros del suelo. 


En la parte superior izquierda aparece la flor del Cólquico, donde se ve claramente el tallito de la flor. Abajo a la derecha la flor de la Quitameriendas, que está sentada (sin tallo).

A pesar de ser tóxica, Colchicum autumnale posee los usos más interesantes ya que la colciquina, uno de los alcaloides que produce esta planta se está usando en genética experimental con el fin de obtener nuevas variedades y formas de cultivo. Los principios activos del Cólquico también se usan en farmacia como relajante muscular.

domingo, 19 de septiembre de 2010

Cerro Negro

Entrevías (Madrid), 16/09/2010


El encuentro de hoy nos lleva a un lugar que ya no existe. Un lugar olvidado, una vieja gloria de la botánica, ya que de él datan muchas citas que aparecen en los Anales del Real Jardín Botánico. Fue un sitio importante y de referencia para la botánica en la Península Ibérica. De hecho, botánicos como Boissier, Reuter, Loefling y otros tantos lo exploraron en busca de especies durante los siglos XVIII y XIX para engrosar sus copiosos herbarios.


Así que, como un arqueólogo aventurero dispuesto a encontrar los restos de una ciudad enterrada, me dirijo nada menos que a Entrevías (en pleno corazón madrileño), para ver si queda algún vestigio de lo que fue aquel lugar. El enclave responde a nombre de Cerro Negro, y ya no aparece en ningún mapa. Sin embargo, existe una forma de encontrarlo, y es usando el mapa geológico. Se sabe que el suelo de Cerro Negro son "arcillas verdes y marrones, con zonas de yesos tableados y nodulares entre arcillas grises y marrones", así lo llaman los geólogos. Es un suelo con dos características importantes : la textura arcillosa y la presencia de yesos. Esto lo hace bastante especial y provoca la aparición de una vegetación muy peculiar, que sólo podemos encontrar en estos escasos sustratos. Estos suelos se originaron hace más de 5 millones de años, en la época miocénica. En aquella época esta zona del mapa estaba cubierta de pantanos y lagunas que comenzaron a secarse. La evaporación dio origen a la precipitación de sedimentos de yesos y calizas en toda la zona Sureste de Madrid. Pues bien, las arcillas que nos ocupan hoy corresponden a los bordes (aguas someras) de aquellos lagos y pantanos.


Según el Mapa Geológico de España 1:50000 Hoja 559 MADRID, Cerro Negro debía encontrarse en los alrededores de lo que hoy es Mercamadrid y el Parque de Entrevías. Así que allí me dirijo, al Parque de Entrevías. Al llegar allí, descubro nostálgico e imagino lo que debió ser aquel lugar, hoy convertido en una escombrera y un lugar de perdición, rodeado de infraestructuras y asfalto por todas partes : 







A pesar del aspecto tan poco atractivo del lugar, decido embarrarme, jugarme el tipo y bajar colina abajo para ver si encuentro algún elemento vegetal curioso que me delate estar en Cerro Negro.


Afortunadamente, tras unos minutos allí descubro dos cosas que me llenan de ilusión, de haber encontrado el tesoro :





La foto de arriba muestra arcillas de tono gris, que era lo que aparecía en el mapa geológico, y la de abajo una especie vegetal totalmente delatora, el cardo de flor amarillenta Serratula flavescens , ahora ya seco. Esta rarísima especie vegetal es una especialista de este tipo de suelos, y por supuesto , citada en los inventarios antiguos que se hacían en este lugar. Véase la página web del Proyecto Anthos : http://www.anthos.es/v22/index.php?page=genero&set_locale=es 


Así que contento por haber visto este recluido pero muy válido testimonio, que se mantiene firme ante la acometida voraz del asfalto y el hormigón, regreso a casa con el fin de que quien lea ésto sepa que hubo un lugar que aquí existió y que se llamó Cerro Negro.


Para saber más sobre este tipo de enclaves y su flora, consultar el siguiente enlace : http://javiergrijalbo.blogspot.com/search?updated-max=2010-06-08T22:08:00%2B02:00&max-results=7

lunes, 13 de septiembre de 2010

La mirada de la curruca

Navas del Rey (Madrid), 12 de Septiembre de 2010

Una mirada...


Expresiva sin duda se muestra esta curruca zarcera (Sylvia communis) a primera hora de la mañana, con la luz de costado y mostrando un semblante firme y algo altanero. 

En realidad, era para ello, porque estaba siendo examinada al detalle. La pobre, o afortunada, según se mire, había caído en la red preparada por los ornitólogos que realizaban una sesión de anillamiento científico. A esta señora curruca le habían determinado su sexo, edad y tomado medidas de las alas, de los tarsos, del peso, de su porcentaje de grasa y musculatura, con el fin de deducir si el ejemplar va a partir en breve hacia tierras lejanas en su viaje migratorio. Con estos datos podemos obtener información muy valiosa no sólo del individuo sino también de la especie, como datos morfológicos y los hábitos de la especie.

Tras las medidas el pájaro queda libre (es curioso que mientras escribo esta última frase comienza a sonar Txoria txori, de Mikel Laboa).

En esta jornada he podido contemplar de cerca por primera vez al Pechiazul (Luscinia svecica), un pariente muy cercano del Ruiseñor (Luscinia megarhynchos). Parece que la naturaleza cuando tuvo que repartir las virtudes, al ruiseñor le dio toda su ración en forma de don para el canto. Y en el Pechiazul la virtud se manifestó como hermosura. Así lo que faltaba en uno lo suplía el otro. 

El Pechiazul también fue anillado y causó una gran euforia entre los presentes. Aquí le tenemos posando justo antes de ser puesto en libertad, ante el objetivo. Muy coqueto él : 


Tras la sesión fotográfica se siguió trabajando, se tomó un buen almuerzo y tuve el placer de poder soltar a esta Tarabilla común (Saxicola torquata) que os presento :