domingo, 24 de octubre de 2010

La Selva de Irati

Valle del río Irati (Navarra), 16 de Octubre de 2010


Junto a los Pirineos, en Navarra, se levanta uno de los más vastos hayedos de la Península Ibérica. Se trata de la Selva de Irati. La enorme masa da hayas está salpicada por todas partes por los tonos más oscuros de los abetos. Es el bosque caducifolio, en el momento óptimo para apreciar su belleza : la caída de la hoja. 


El frío y la humedad ya se notan en el ambiente y en un suelo tapizado de un manto de hojas y que nunca pierde su humedad ni la actividad microbiana y fúngica :







El manto de hojas que cae de los árboles se descompone lentamente debido a la actividad de los microorganismos formando el humus, una sustancia oscura que nos deja las manos manchadas. El humus va aportando los minerales que necesitan las plantas para crecer, renovando el ciclo. No debemos olvidar que este ciclo es posible año tras año gracias a la energía que nos llega del sol.


Esta fiesta microbiana nos pasa desapercibida debido a su minúsculo tamaño. En este tipo de bosques, con suelo húmico, capaz de retener durante mucho tiempo la humedad y además repleto de materia orgánica vegetal, se dan las condiciones idóneas para la aparición de muchos tipos de hongos. Entre ellos, los más populares son las setas, que son una pequeña parte del hongo. Es el órgano productor de esporas sexuales. El hongo que produce la seta está bajo el suelo y es una gran red de hifas (algo así como hilillos de células) entrelazadas que se extienden bastante más allá de la seta :






 Si hay una época buena para deleitarse con un hayedo, ésta es el otoño. A fecha de 16 de Octubre, la otoñada llega a Irati y las hayas y otros caducifolios comienzan a amarillear las hojas y a soltarlas. Este mosaico de colores es impresionante y junto a la bruma y la humedad la escena se torna bastante mágica :






Las hayas se reconocen bien por su tronco pálido. En el bosque caducifolio la lucha por la luz condiciona las adaptaciones y los ciclos de las especies vegetales que aquí viven. El haya tiende a dominar el bosque, crece y tapiza el techo con su follaje. Esto provoca que al suelo llega muy poca luz, presentando este bosque un estrato herbáceo pobre en especies. Los árboles que aquí viven tienden a mostrar el ramaje formando planos horizontales, para optimizar la captación de luz :



Vemos la disposición de las ramillas de este haya joven, formando un plano

En este hayedo, a parte del árbol que da su nombre, aparecen muchos abetos (Abies alba) , arces, tejos, serbales, majuelos y otras rosáceas de hoja caduca :


Abeto (Abies alba)



Arce (Acer opalus subsp. opalus). Las manchas negras de la hoja con borde amarillo se deben al ataque del hongo Rhytisma acerinum.


Retoño de Arce común (Acer campestre)



Serbal de los cazadores (Sorbus acuparia), aun muy jovencito.

El haya es un árbol que necesita sombra en los primeros años de vida para poder prosperar. Este temperamento provoca que en el bosque puedan convivir ejemplares viejos con ejemplares jóvenes, formando lo que en selvicultura se denomina : masa iregular. Sin embargo, los jóvenes no llegarán a adultos si los más altos siguen sin dejarles llegar la luz y morirán por el camino. Sólo cuando los árboles adultos y altos mueren y dejan el espacio libre, los ejemplares jóvenes les toman el relevo. Es así como se produce la lenta renovación del hayedo. En algunas zonas pudimos observar una fuerte regeneración del bosque :


En los espacios más abiertos otras plantas aprovechan para crecer. Entre las plantas leñosas del sotobosque, destaca la adelfilla (Daphne laureola), planta típica de los hayedos :


En algunas zonas, sobre todo donde el ganado pasa más tiempo, el suelo se nitrifica debido a los excrementos de los animales y aparecen praderas cubiertas por el Azafrán bravo (Crocus nudiflorus), una planta de floración otoñal :




domingo, 3 de octubre de 2010

Un paseo por la dehesa

Colmenar del Arroyo, 26 de Septiembre de 2010




Sol, claridad y algo de fresco. Momento ideal para acudir una tarde de Domingo a dar un paseo por una dehesa. Una de las mejores dehesas de encinas que he visto hasta ahora en la Comunidad de Madrid es la Dehesa Boyal de Navalmoral, situada en el municipio de Colmenar del Arroyo, en el Suroeste de la región. Esta extensa dehesa está conformada por unas cuantas fincas,unas privadas y algunas pertenecientes a la Comunidad de Madrid. Por ellas discurre un sendero marcado circular con algunos paneles explicativos a lo largo del recorrido.


La dehesa es un monte transformado por el ser humano con el fin de conseguir un aprovechamiento ganadero. Esta transformación consiste en una clara del monte original, es decir, eliminar parte del arbolado y de los arbustos para crear espacios abiertos que favorecen el crecimiento de plantas palatables para el ganado : principalmente gramíneas y leguminosas herbáceas (lo que llamamos comúnmente la hierba). Con ello se alimenta a las vacas,cabras,ovejas, etc, de las que se aprovechan ciertos productos : carne, leche y derivados, lana, piel, etc. A pesar de la alteración del bosque original, la dehesa ha demostrado ser un buen ejemplo de relación sostenible del ser humano con la naturaleza. Este uso moderado ha favorecido a muchas especies emblemáticas del monte mediterráneo, como el conejo de monte, y con él al lince y al águila imperial , por ejemplo. Además, las personas sacan provecho económico. Los abrevaderos para el ganado (como el que se ve en la primera foto) también dan de beber a muchas aves.


El atardecer a principios de otoño en un encinar adehesado es una experiencia hermosa ya que el paisaje se carga de tonos amarillentos procedentes de los herbazales agostados en contraste con el verde intenso del follaje del encinar, unido al rojo crepuscular.










En esta zona es habitual encontrarse con ganado bovino y caprino pastando. En esta época, las vacas recurren a las coriáceas encinas para satisfacer el apetito, ya que en el suelo queda poca cosa. 



Como diría Nuevo Mester de Juglaría : "Bajó el cabrín cabrate a comer la hierba hierba frescate"

A cuatro días del comienzo del mes de Octubre, la mayoría de las plantas han completado su ciclo vegetativo y están agostadas. Entre ellas, destacan elegantes los involucros de un cardo muy frecuente en los pastos nitrificados, la Centaurea ornata.


Pero hay algunas especies vegetales cuya floración comienza ahora. Una de las más famosas es la Merendera montana, conocida popularmente como la Quitameriendas. Los prados en algunas zonas se cubren de esta planta bulbosa, que tiene la particularidad de florecer antes de echar las hojas.



Hay que tener cuidado de no confundir esta planta con una muy parecida que es venenosa, se trata del Cólquico (Colchicum autumnale). La diferencia con la Quitameriendas es que la flor del Cólquico tiene un tallito que la levanta varios centímetros del suelo. 


En la parte superior izquierda aparece la flor del Cólquico, donde se ve claramente el tallito de la flor. Abajo a la derecha la flor de la Quitameriendas, que está sentada (sin tallo).

A pesar de ser tóxica, Colchicum autumnale posee los usos más interesantes ya que la colciquina, uno de los alcaloides que produce esta planta se está usando en genética experimental con el fin de obtener nuevas variedades y formas de cultivo. Los principios activos del Cólquico también se usan en farmacia como relajante muscular.