miércoles, 6 de julio de 2011

El muro

 Los muros rocosos húmedos llenos de fisuras y recovecos se convierten en lugares donde uno perfectamente puede echar la tarde.


La vida, que no deja ningún medio sin colonizar, convierte un espacio aparentemente tranquilo y sin interés en un  enclave lleno de algarabía. Los vegetales lo colonizan creando un mosaico artístico como si alguien a posta hubiera querido crear tal composición de tonos y formas :




Pero más interesante aun es la diversidad de seres del reino vegetal que se congregan aquí. Sirva esta entrada  del blog para ir introduciéndonos a modo de aperitivo en una flora que últimamente me está despertando gran fascinación : las criptógamas (entre las que se encuentran  musgos y helechos). Este tipo de plantas no se reproducen por semillas sino por esporas.


Un muro rocoso como el que tratamos aquí, junto al Convento del Carmen, en Pastrana (Guadalajara), el día 2 de Mayo de 2011,  es una puerta al tiempo, a la historia del Reino Vegetal.


Muchísimo antes de que aparecieran las plantas con flores, y digo muchísimo muchísimo (cientos de millones de años), el planeta estaba poblado únicamente por criptógamas. Los musgos ya llevan aquí desde hace bastante más de 400 millones de años. A principios del Carbonífero, uno de los periodos más exuberantes de la vida vegetal en el planeta (360-290 millones de años), los helechos y otras criptógamas eran los verdaderos amos del escenario, con una biodiversidad que no podemos imaginar, muchísimo más amplia que la que hay actualmente de estas plantas. De esa época esplendorosa nos ha quedado un escueto legado de especies. Pero vayamos por orden de lo más antiguo a lo más reciente. Subámonos al muro del tiempo y démosle al botón de "viaje al pasado" :


Comencemos por los musgos. Estos seres realizan fotosíntesis como una planta normal pero necesitan el agua. No tienen raíces ni sistema conductor de savia. El agua lo absorben a través de toda su superficie. Sus "hojillas" no tienen epidermis, es decir, están menos protegidas que las de una planta normal :




Vista ampliada de un musgo (Bryum cf. capillare)


Los musgos se agarran a la roca mediante unas estructuras llamadas rizoides, que asemejan a una raíz muy rudimentaria. Los cuerpos fructíferos del musgo repletos de esporas se levantan sobre el césped muscinal :




En el centro de la imagen anterior se ven multitud de "fructificaciones" péndulas del musgo. Estas cápsulas al abrirse esparcen las esporas microscópicas que al germinar darán lugar a más musgo.


(En entradas posteriores trataremos el tema de la alternancia de generaciones y los distintos tipos de esporas, vamos poquito a poco)


Una de las características de las criptógamas es su dependencia del agua para completar los ciclos vitales. Las células sexuales masculinas de los musgos necesitan el medio acuoso para nadar en él y llegar a las femeninas (como los espermatozoides humanos, están provistas de flagelos y son capaces de nadar).


Damos un salto más en el tiempo y llegamos a los helechos. A diferencia de los musgos, los helechos ya sí son plantas con raíces y epidermis. Podemos confundir helechos con plantas normales pero nos daremos cuenta de que no florecen nunca. Podemos sentarnos junto a un helecho a esperar a que eche flores y nos acabaremos pisando la barba sin haber visto ni una. Debajo de sus hojas (llamadas frondes) albergan las esporas que dejan caer al suelo y que darán lugar a nuevos helechos. Sabiendo esto nos ahorraremos una infructuosa espera. Os presentamos al primer helecho del blog, uno de los más comunes en muros y rocas :




Se llama Ceterach officinarum, Doradilla para los amigos. Pertenece a la familia de las Aspleniáceas, que suelen ser helechos de rocas y muros.


Los helechos representan digamos el puente entre los musgos y las fanerógamas (plantas con semillas). Siguen teniendo en común con los musgos la dependencia del agua para completar su ciclo vital pero ya han desarrollado raíces y un sistema vascular de savia, propio de las plantas que todos conocemos hoy día.


Dando un salto mayor en el tiempo nos encontramos ya con las fanerógamas angiospermas, plantas con flores y semillas. Entre ellas existen especies con afinidad por los muros, roquedos, piedras,  las cuales desarrollan sus raíces en las fisuras de éstas. Se denominan en el ámbito botánico plantas rupículas o saxícolas. Las crasuláceas son representativas en estos ambientes, como las Uñas de Gato (Sedum sp.) o el Ombligo de Venus (Umbilicus rupestris). El nombre rupestris proviene de rupes, que en latín significa roca :







Otras especies no específicamente rupestres aprovechan los resquicios y hendiduras rocosas para desarrollarse. Encontramos en este muro al Milamores (Centranthus calcitrapa) y el Geranio de olor a ruda (Geranium purpureum) :



Centranthus calcitrapa


Geranium purpureum

Podemos comprobar la biodiversidad que atesora un muro con cierta humedad. Si bien nos hemos dejado bastantes  seres vivos que poblaban este conglomerado de piedras : líquenes, hongos, insectos, hepáticas, etc. Seguiremos profundizando en sucesivas entradas en la flora criptógama.

1 comentario:

  1. Gracias por compartirlo con los amantes de las plantas y de la vida. Un cordial saludo.

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